Veranos caóticos. Rumbos que replantear. Decisiones que tomar. Pocas fuerzas para hacerlo.
Miedo al cambio. El cuerpo manifestando lo que el alma quiere decir.
¿Lo mejor sería jugármela de lleno a todo o nada? ¿Yo tengo que tomar las riendas? Ya lo hice muchas veces, estoy cansada de ello.
Necesito otro sacudón grande -con el cual pueda lidiar- para animarme a todo esto. Siento que por delante me espera un año movido. Algunos pasos ya están dados; el resto será cuestión de coraje.
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